Paro Nacional en Puerto Rico

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«Hay dos maneras de conquistar y esclavizar a una nación: una es con la espada, y la otra, con la deuda.»

—John Adams

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Hoy, 1 de mayo de 2017, el pueblo de Puerto Rico despertó con un paro nacional. El paro está compuesto de estudiantes y trabajadores que protestan en contra de las medidas que el gobierno de Puerto Rico está tomando para resolver los problemas económicos “del país”. El pasado jueves 27 de abril, el Senado de Puerto Rico aprobó sin enmiendas el Proyecto 938, que reducirá los días de vacaciones y de enfermedad [beneficios adquiridos de los empleados públicos].

Además de eso, los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico [especialmente los del recinto de Río Piedras] están protestando en oposición a los recortes que el gobierno de turno quiere emitir sobre dicha institución pública. Otras de las demandas que los estudiantes y trabajadores están presentando, tienen que ver con la auditoría de la deuda, los despidos públicos, la reducción de beneficios y servicios sanitarios [Plan Médico] y los recortes a los pensionados. La mayoría de los estudiantes y trabajadores de Puerto Rico sostienen que parte de la deuda pública es ilegítima y que, por lo tanto, es injusto que el pueblo tenga que pagar los platos rotos y sucios de los políticos corruptos e irresponsables.

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«El que no es dueño de sí mismo está condenado a obedecer.»

—Friedrich Nietzsche

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En el libro La vitrina rota o ¿qué carajo pasó aquí?, Silverio Pérez asegura que hay cuatro factores generales y determinantes que dieron paso a la crisis económica actual. El primer factor está asociado con la relación de subordinación [de coloniaje] que mantiene Puerto Rico con los Estados Unidos de América —relación que no le permite crecer más allá de sus horizontes territoriales. El segundo factor está vinculado con la corrupción económica que va desde la administración pública hasta los procesos electorales.

El tercer factor tiene que ver precisamente con la mala administración del gobierno de Puerto Rico; y el cuarto factor está relacionado con la perpetuación del bipartidismo político —factor que ha permitido que se despliegue el juego del “quítate tú pa’ ponerme yo”. [A continuación les comparto una entrevista que le estuvimos realizando a Silverio Pérez en relación a este asunto. Debajo del vídeo continúa la lectura.]

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«Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo.»

—Mahatma Gandhi

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La crisis económica que estamos atravesando es el reflejo de una crisis más profunda. La crisis económica es solo un efecto colateral de nuestros estados de conciencia. Si nadamos más hondo en este mar tempestuoso, nos daremos cuenta que la crisis económica es solo la punta del iceberg. Hay una crisis más profunda... y es la crisis de valores. Donde esté nuestro dinero, allí estarán también nuestros valores.

Fiscalizamos al gobierno o a los políticos que nos han traído a esta crisis económica [lo que es justo y necesario], pero todos formamos parte de esta crisis económica de una forma u otra. Y no solo por votar por los mismos políticos cada cuatro años [ya que eso sigue siendo un problema de superficie], sino por cómo pensamos, actuamos y manejamos nuestros problemas y nuestras finanzas personales. Señalamos la mala administración de los políticos en los asuntos económicos [que ha sido fatal], pero ¿cuántos de nosotros hemos sido buenos administradores de nuestro propio dinero? ¿Cuántos de nosotros no estamos también endeudados? Sí pero no vamos a pagar nuestras deudas a costa de otras personas —dirán algunos. Claro, y en eso estoy de acuerdo; pero eso no quita el problema de la mala administración que podamos tener cada uno de nosotros con nuestras finanzas.

¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a que nos hicieran una auditoría de nuestros estados financieros? —para ver en dónde están puestos nuestros valores y nuestras prioridades. ¿En qué gastamos nuestro dinero? —aparte de nuestras deudas personales. ¿Dónde tenemos puestos nuestros valores? Solo hay que echar una mirada a nuestras cuentas bancarias. Además de un paro nacional, deberíamos también hacer un paro personal. Deberíamos detenernos por un momento y reflexionar sobre nuestras formas de pensar y nuestras maneras de vivir. ¿Estamos siendo coherentes con nuestros discursos políticos y morales? ¿Estamos poniendo en práctica precisamente aquello que estamos criticando? Si nuestro dinero pudiera hablar, ¿qué diría acerca de nosotros?

Por supuesto que estoy en contra de la corrupción y la mala administración por parte de nuestro gobierno. Por supuesto que se debe hacer una auditoría de la deuda y ver qué parte de la misma es ilegal [para hacer pagar a los responsables y no al pueblo de Puerto Rico en general]. Pero también en lo personal debemos hacer un cambio de mentalidad que nos lleve a actuar de manera más sabia ante nuestros problemas personales [tanto económicos como emocionales]. Seamos el cambio que queremos ver en la sociedad. Enseñemos con nuestro ejemplo. No acudamos al vandalismo como un mecanismo de resistencia. Eso no resuelve nada. Hay otros modos pacíficos y estratégicos de llevar a cabo esta lucha. Al fin y al cabo todosqueremos el bienestar para Puerto Rico. Pero el bienestar económico y emocional no se producirá hasta que tomemos conciencia del problema fundamental y actuemos en concordancia con el mismo. Como dijo Borja Vilaseca [periodista y escritor español]:

La revolución más grande que podemos hacer hoy en día no es coger una pancarta e ir a protestar a la plaza mayor, sino reflexionar sobre cómo ganamos y gastamos nuestro dinero, conductas que dicen mucho acerca de la persona que somos. Y una buena manera de empezar esta senda hacia la madurez y la coherencia es tratar de responder —con más hechos y menos palabra— a la pregunta: ¿Qué puedo hacer yo para cambiar aquello de lo que me quejo?